UN MUNDO LLAMADO CHILE
Cada año, los chilenos nos preparamos para celebrar las fiestas patrias en septiembre, nos llenamos de una energía especial que se palpa, se respira y que por cierto también se saborea, sólo basta con encender el tv para que los medios de comunicación, el retail y el comercio nos invadan con sus ofertas haciéndolo más vivido, en el que tal vez sea uno de los meses favoritos de todos, un mes lleno de colores, aromas, sabores, así como también muchas pero muchas actividades costumbristas de norte a sur y de mar a cordillera.
Y en ese deambular, nos encontramos con un sinfín de escenas e imágenes que tanto dicen de nuestras raíces o al menos de nuestras costumbres más arraigadas, desde trillas a yegua suelta hasta contundentes platos que dejan las dietas olvidadas en algún cajón de la cocina, somos nosotros, chilenos con o sin influencias extranjeras antiguas o nuevas, somos como se ha hecho viral… “somos el mejor país de Chile”.
Pero, nos preguntamos ¿Quiénes somos los chilenos?
Del libro “Quien es Chile, nosotros los chilenos” en su introducción indica lo siguiente: “Chile es un país mágico, de violentos y suaves contrastes a la vez, donde paisaje aumenta el ritmo a medida que se extiende hacia el sur. Nuestro país es una puerta abierta a todas las curiosidades, un misterio creciente y reñido, la antesala de grandes sorpresas geográficas” y nosotros agregaríamos a este párrafo “… grandes sorpresas geográficas y humanas”.
De Marcela Moro de la Universidad de Bio Bio, en su libro “¿Quiénes somos los chilenos? Una contribución al debate desde las versiones de identidad chilena”, también nos da pistas indicando lo siguiente:
Es complejo referirse a la identidad chilena, por ello es importante señalar los aportes emanados de una encuesta aplicada por la escuela de sociología de la Universidad de Chile, enmarcada en el programa de Naciones Unidas de Desarrollo Humano, 2001, (Mora, 2009) y que forma parte del capítulo tres, Nosotros los Chilenos, el cual señala ciertas dificultades a la hora de definir nuestra identidad y ¿qué es ser chileno?, en las preguntas: ¿Lo chileno está en nuestras costumbres y valores?, un 48% contesta afirmando el enunciado, ¿Hoy en día es difícil decir qué es lo chileno?, responde un 28% y la pregunta: No se pude hablar de los chilenos, todos somos distintos, responde un 30%. A través de este estudio se puede apreciar que a nivel nacional se presenta una problemática en definir lo chileno, lo cual es necesario indagar y aportar para el debate.
Así, la temática identidad, no es un tema reciente, esta discusión se presenta desde mediados de los años ochenta en ambientes académicos, su necesidad, el surgimiento de movimientos sociales, los cuales reemplazan la política de clases, por la política de identidades (Larraín, 2001). Así surge esta necesidad de profundizar en el tema, por lo cual, en el concierto internacional, tanto en Europa Occidental y Oriental el concepto de identidad pasa a ser su clave de análisis, mientras que, en el ámbito latinoamericano, esta temática resulta ser una constante en el pensamiento latinoamericano, materializada en la búsqueda de identidad.
En este escenario, la búsqueda de identidad, su crisis y su pérdida constituye el centro del debate e investigación, el individuo, el grupo y las sociedades tradicionales o industriales aspiran a coincidir nuevamente con su propio ser. El tema de identidad, por tanto, afecta a todas las sociedades y a la mayoría de las disciplinas.En la evolución del concepto “identidad”, surgen dos tendencias, contextualizadas en la década del cincuenta del siglo XX. Primero se aborda el concepto desde una concepción abstracta de la cultura, como subsistema normativo de la sociedad, la cual concibe la identidad como una serie de rasgos psicológicos comunes, favoreciendo o desfavoreciendo los procesos de modernización. Así la problemática en esta tendencia, era cómo cambiarlos para lograr el tránsito hacia la modernidad. Y la segunda tendencia, releva el enfoque cuantitativo, como validación de la evidencia empírica (Larraín, 2001).Por su parte, Larraín, sociólogo chileno, exponente importante de investigaciones en esta temática, aporta al debate de la génesis del concepto, en cuanto a distinguir tres tipos de concepciones teóricas:
A. Constructivismo: Esta concepción, derivada del postestructuralismo, posesiona como centro del debate y aportes a la identidad, los discursos, que permiten construir la nación, interpelando a los individuos y constituirlos como sujetos nacionales.
B. Esencialismo: Desde esta vertiente, la identidad cultural es un hecho acabado, como conjunto establecido de experiencias comunes y de valores fundamentales compartidos, es una inmutable y se construyó en el pasado.
C. Histórico-estructural: Esta concepción permite una amalgama de las vertientes extremas anteriores, situando la identidad cultural, como un proceso en permanente construcción y reconstrucción, dentro de contextos y situaciones históricas, relevando las prácticas, significado de la vida cotidiana y los discursos para su construcción y comprensión de ella (Larraín, 2001).
Una verdad absoluta que vemos nosotros, y que muchos podrían coincidir que al final, cada uno se “chileniza” a su manera, que se identifica con su propia cultura y cosmovisión concorde a su entorno cercano o próximo, a su formación educacional desde la cuna familiar y ciertamente, porque se debe decir, a la permeabilidad con poca o mucha resistencia a las tendencias extranjeras que hoy por hoy colonizan nuestras vidas como chilenos en casi todo ámbito.
RevistaBIOMA.cl
Vida al sur de la Tierra
2025








