Visitamos el Parque Tantauco ya hace un tiempo y hay que decirlo, aquella experiencia nos marcó hasta el día de hoy, donde naturalmente se agradece la magnifica obra de conservación de este maravilloso hábitat realizado por la Fundación Futuro, pero esto va más allá de un magnifico proyecto de protección voluntaria para nuestro país en uno de los últimos reductos en estado original del Archipielago de Chiloé, es cómo el sueño cinematográfico del personaje Jhon Hammond en la película Jurassic Park, que primigeniamente imaginaba un hábitat conservado en la Isla Nublar, bueno, para especies bastante exóticas para nuestros tiempos pero si vamos a la raíz de esa iniciativa ficticia, llegamos al combustible que mueve a casi todas las iniciativas similares reales que existen en el mundo, ya sean públicas o privadas, desde parques nacionales como el Sundarbans en India o el Khao Sok en Tailandia, incluso el parque nacional Yelowstone en Estados Unidos o el PN Vicente Pérez Rosales y Pumalin acá en Chile y que es salvaguardar para el futuro el contenido biológico, escénico y geográfico del destructivo intervencionismo del factor antropogénico, que hay que decirlo ya se ha llevado más que muchos hábitats en prácticamente toda escala, desde pequeños humedales hasta cientos de miles de hectáreas de bosques nativos esparcidos por todo el planeta.
Por tanto, Tantauco es un paraíso natural conservado así mismo (sin dinosaurios) pero con una biodiversidad probablemente en algunos casos única y definitivamente frágil que se sustenta bajo condiciones bioclimáticas y geomorfológicas muy particulares que permiten que cada violeta de los pantanos (Pinguicula antarctica), cada ñirre (Nothofagus antartica), cada Monito del Monte (Dromiciops gliroides) o zorro chilote (Pseudalopex fulvipes) prevalezcan y perseveren saludablemente en su población, más ante el dramático cambio climático que estamos viviendo hoy.
En aquel entonces, tardamos casi una semana en encontrar a la bella Ranita de Darwin (Rhinoderma darwinii), un batracio insigne de estos bosques siempre verdes australes, un anfibio de sólo unos milímetros que se pierde entre la hojarasca marrón de la rica biomasa y los musgos paragüitas (Hypopterygium arbuscula) intensamente verdes y húmedos, por lo que reflexionamos sobre la delgada línea que hay entre tener este rico hábitat y perderlo para siempre, el cual no hay manera de recuperarlo ni con todo el esfuerzo que se pueda hacer, tal vez sólo en ambientes controlados o laboratorio, que está demás decir que o es lo mismo.
Parque Tantauco se encuentra entre los 35 Hotspot para la conservación de la biodiversidad en la Tierra y sitio prioritario para Chile en el mismo ámbito.
“Las grandes extensiones de bosques siempre verdes del Parque, albergan especies de gran interés, muchas de ellas descritas por Darwin cuando visitó estas tierras en 1834”
Por cierto, que Darwin, si pudiese ver hoy estas tierras extremas de Chiloé, vería sorprendido sin duda alguna cómo se han mantenido hasta la actualidad, agradeciéndolo profundamente, pese a que por otro lado seguramente sentiría un gran dolor en su corazón, por cómo hemos llevado al planeta a un calentamiento global extremo en tan poco tiempo, poniendo en riesgo a toda la vida sobre la superficie de la tierra y en lo profundo de los océanos, por lo que ciertamente doblegaría o triplicaría Darwin su alegría saber que áreas conservadas como Tantauco existan y esperando que surjan aún más iniciativas como esta.
Revista BIOMA
2022